La diabetes en niños y adolescentes es un tema de mucha sensibilidad.
Para saber de esto, SerDiabetico habló con la Dra. Mabel Ferraro, médica pediatra especialista en nutrición y jefa del servicio de nutrición y diabetes del Hospital Pedro de Elizalde.
¿Cuál es la incidencia de la diabetes en niños?
La International Society Pediatric and Adolescent Diabetes (ISPAD) informó en 2015 una incidencia de diabetes en pediatría de 79.000 casos nuevos al año y una prevalencia de casi 500.000 chicos (497.000 exactamente) portadores de diabetes en el mundo.
Los datos en nuestro país son antiguos y parciales e informan una incidencia anual de diabetes tipo 1 (DM 1) de alrededor de 9 cada 1.000.000 chicos menores de 15 años. Es decir, que en el período de 1 año y sobre una población de 1.000.000 de chicos, 9 van a desarrollar DM1. Estos datos ubican a la Argentina como un país de incidencia media.
En relación a la diabetes tipo 2, su frecuencia es muy variable en las distintas poblaciones, lo que tiene que ver fundamentalmente con la predisposición genética y la cultura alimentaría. En Argentina algunos registros en hospitales pediátricos informan que entre el 1,6% y el 4% de los chicos con diabetes tienen diabetes tipo 2. Todavía hoy en nuestro país la forma más frecuente de presentación de la diabetes es la de tipo 1.
¿Nota un aumento el diagnóstico de diabetes tipo 2 en menores?
En los últimos 30 años se comenzó a diagnosticar la diabetes tipo 2 en pediatría. Hasta ese momento incluso se hablaba de un límite de edad (entre 30 y 40 años) para diferenciar la diabetes 1 de la diabetes 2. Actualmente las distintas formas de diabetes pueden aparecer a cualquier edad.
El aumento de la frecuencia de diabetes 2 va de la mano del aumento de la prevalencia de obesidad que compromete a niños a edades cada vez más tempranas y con formas más severas.
El riesgo para el desarrollo de diabetes 2 se relaciona con la insulinorresistencia, situación en la cual concentraciones normales de insulina no logran cumplir sus efectos biológicos. Esta situación puede aparecer en la obesidad, de ahí su relación causal, y también en situaciones normales como la adolescencia.
Es por eso que la aparición de diabetes 2 ocurre con más frecuencia en la pubertad y en mucha menor escala en la niñez. Hay datos recientes de registros internacionales como el Search en Estados Unidos que informa en una publicación del 2015 un aumento de la frecuencia de diabetes 2 en pediatría de un 35% entre 2001 y 2009 pero todos los casos en mayores de 10 años de edad. De todos modos, si la obesidad sigue en aumento, el riesgo de su aparición a edades muy tempranas puede estar presente. La progresión hacia la DM2 en adolescentes obesos con insulinorresistencia es seguramente más rápida que en adultos.
¿El diagnóstico es temprano?
Los niños y adolescentes con diabetes tipo 2 pueden ser frecuentemente asintomáticos al diagnóstico, por lo que es importante la pesquisa sistemática en obesos, sobre todo en obesos severos con obesidad central (cintura aumentada), acantosis (piel más oscura en pliegues), entre otros signos clínicos orientadores.
En la diabetes 2 en pediatría lo más importante es la prevención… ¿Verdad?
La mejor prevención es evitar la aparición de la obesidad desde temprana infancia y antes aún en mujeres en edad fértil y en la población general. Es importante el control durante el embarazo, ya que madres obesas o con diabetes gestacional generan mayor riesgo de obesidad en sus niños.
También la lactancia materna es protectora. La prevalencia de obesidad ha aumentado en los últimos años y es considerada la enfermedad crónica no transmisible más frecuente en el mundo. Es bien reconocido que el sobrepeso y la obesidad en la infancia tienen un impacto significativo en la salud física y psicosocial (el estrés psicológico como la estigmatización social son casi tan graves como la morbilidad clínica).
La magnitud del problema hace que sea el pediatra el que deba estar alerta y usar la mejor información disponible para evitar el desarrollo de la obesidad, ya que una vez instalada es de muy difícil tratamiento.
Es de especial importancia la detección del sobrepeso en los controles rutinarios en salud utilizando técnicas antropométricas (peso, talla, perímetro de cintura). Es indispensable generar políticas públicas adecuadas y trabajar en la educación para favorecer hábitos de vida saludables y evitar el sedentarismo.
