En SerDiabético nos preocupamos por la cobertura de los tratamientos en el país y nos preguntamos:
En la Argentina, ¿hay diabéticos de primera y de segunda?
La realidad de la diabetes en Argentina debería ser ideal ya que existe una ley, la 26.914, que modifica y eleva las coberturas que daba la Ley 23.753 de protección al diabético pero es muy difícil que el 100% de los seguros médicos (obras sociales) cumplan con dicha Ley.
Hay muchos seguros médicos que cumplen la vigente ley sólo cuando el afiliado conoce la existencia de la misma y su actualización. Y se hacen los distraídos con quienes desconocen sus derechos.
También es muy distinta la atención en las ciudades capitales con la del interior de cada provincia. La gente que tiene cobertura médica y conoce sus derechos accede a los mejores tratamientos con infusores de insulina y medidores continuos de glucosa cubiertos al 100%, con análogos ultra lentos y ultra rápidos que dan a quienes vivimos con diabetes una excelente calidad de vida.
Por otro lado, está la gente sin recursos que accede a insulinas clásicas que dan buena calidad de vida pero donde la medición de la glucosa ocurre como y cuando se puede ya que las tiras reactivas no se entregan en muchos lados y en otros lugares se dan mucho menos de los 5 controles diarios recomendados.
En las ciudades lejanas a las capitales la situación es peor aún, ya que en muchos pueblos no existe el médico diabetólogo y los recorridos para atenderse y retirar remedios son muy largos y muchas veces no hay recursos para viajar.
Los diabéticos tipo 2 tienen otro tipo de inconvenientes, ya que la mayoría de las veces son atendidos por médicos clínicos y no por diabetólogos, con lo cual se demora mucho la insulinización y suele darse cuando ya hay alguna complicación.
También existen muchos mitos como el que dice que la insulina trae complicaciones cuando la realidad es que la insulina a tiempo, las evita o demora sus apariciones.
Además, en la categoría de las insulinas requirientes se da una puerta de conflicto con los seguros médicos que no quieren cubrir la insulina justamente por tratarse de diabéticos tipo 2. Es un conflicto que algunos crean sólo para demorar su cobertura en el tiempo.
En resumen, en nuestro país hay un número de personas que son muy bien atendidas y un gran número de personas, más del 40%, que se trata como puede.
La diabetes es una enfermedad que no duele y, por ende, aquellas personas que no tienen educación en diabetes y no se realizan un tratamiento intensivo, no se dan cuenta del deterioro al que están expuestos.
La diabetes no mata, lo que mata es la diabetes mal controlada.
Es por esta razón que debemos exigir mayor educación diabetológica y más descentralización de la atención del paciente en el interior del país para que todos quienes vivimos con diabetes tengamos las mismas posibilidades de hacer un buen tratamiento y conocer a que nos exponemos si no lo hacemos.
